Muchas veces cuando pienso en interacción, no puedo evitar pensar en web. Claro, es en lo que trabajo, y es gran parte de mi día a día. Pero otras veces, cuando pienso lo que en realidad significa la palabra “interacción», y lo acompaño en mi mente de objetos y acciones que nos rodean, me doy cuenta de que la web es tan solo una mínima parte con la que podemos interactuar en nuestra actividad diaria.
Cuando el NCF apareció hace más de una década, pocos podríamos imaginar la importancia que llegaría a tener años más tarde.
Hoy, desde las tarjetas Contactless, hasta los sistemas de pago como LoopPay, Apple Pay o Google Wallet, parecen haber llegado para quedarse. Al fin y al cabo pocas personas se separan un momento de su móvil, y es más fácil olvidarse la cartera en casa que el teléfono. (No vaya a llegar un WhatsApp y nos lo perdamos).
Aparte de esto, el sistema NFC desde el punto de vista de la interacción en el uso diario, presenta un aspecto muy funcional. Las etiquetas NFC permiten desde la lectura de determinadas acciones programadas y personalizadas previamente, hasta la interacción con dispositivos externos. Un ejemplo curioso puede ser éste anillo que permite desde transferir información a otros dispositivos, hasta abrir la puerta de tu casa.
Desde su nacimiento, ha habido gente experimentando y probando posibilidades en el uso del NFC y el RFID como material de diseño. De estos experimentos se han sacado conclusiones que dan pie a interacciones interesantes:
La tecnología avanza, y no todo es NFC. Hace un par de años Apple presentó iBeacon. Un sistema que al parecer para algunos podría revolucionar la forma de comprar, (o de vender), pero que con un poco de imaginación podría dar mucho juego en la experiencia de usuario a todos los niveles.
Un ejemplo del uso de iBeacons en un museo:
Intel está mostrando en su web “RealSense”. Algo que le daría un mayor empujón al control por gestos. En este video dan instrucciones de cómo diseñar aplicaciones para este sistema. A modo de reflexión me pregunto, ¿será esto lo suficientemente consistente para que una gran cantidad de usuarios se suban al carro, y le den uso? ¿Podría ser la manera de llegar a un mundo en el que la interfaz tangible deje de existir?
La computación urbana reúne parte de todas estas tecnologías. Incluye también a las personas, así que comprende de manera sencilla los ingredientes o materiales necesarios para la interacción entre los humanos y su entorno. Encargada de analizar a través de distintos sensores el comportamiento del tráfico, humedad, ruido, edificios, etc… La computación urbana nos brinda un escenario enorme para el test con usuarios. Un escenario siempre en movimiento, que nos permite analizar a través de los datos lo que puede resultar mejor tanto para el medioambiente como para las personas.
La reflexión final para este post, es analizar la cantidad de posibilidades que nos brinda el diseño de interacción actualmente. Creo que ya no es suficiente con diseñar una buena App. Lo ideal es diseñar una buena experiencia. Los materiales ahora son diversos y están en distintos escenarios. Todos somos usuarios. Pequeños y baratos materiales se complementan con dispositivos móviles. Y esos materiales están a nuestra disposición para hacer que esa experiencia sea lo más transparente posible.
Algunas lecturas interesantes relativas a esta entrada:
Urban Computing: Concepts, Methodologies, and Applications (Documento PDF de Microsoft en el que se trata en profundidad el uso de las tecnologías en Computación Urbana).
Tangible Interactions (Documento PDF relativo a un curso de interacción impartido por el Touch research project. Aquí podrás encontrar libros y enlaces de interés sobre el tema).
Blog de ACM Interactions. (Sección del blog de la revista Interactions, con bastante información interesante y relativa al tema).
Gesture Based Interaction (Documento en el que se trata en profundidad la interacción por gestos. Principalmente escrito por Mark Billinghurst, aunque accesible desde la web de Bill Buxton.